El gol de Fabricio sobre el final del segundo tiempo hace una semana en la Bombonera dejaba intranquilo al público xeneize. Pero Boca Juniors sacó otra vez a relucir su mística copera y no sólo se clasificó para los Cuartos de final de la Copa Libertadores, sino que también venció por primera vez en su historia al Cruzeiro en el Mineirao.
El partido empezaba complicado para Boca, ya que el equipo brasilero estaba dispuesto a concretar desde el arranque el gol que le de la clasificación. La visita aguantaba atrás mientras que el Cruzeiro se adueñaba del balón y atacaba por las bandas derecha e izquierda. El error de los locales era que todas sus jugadas terminaban en centros que descolgaba Caranta o que rechazaba algún jugador xeneize o que desperdiciaban sus delanteros. El que más cerca estuvo de marcar fue el boliviano Marcelo Moreno, pero sus remates se iban cerca de los postes.
Cuando mediaba la primera parte, Riquelme le colocó una pelota en profundidad a Palacio y lo dejo mano a mano con el arquero Fabio, sin embargo el bahiense definió mal, el partido seguía empatado y parecía que continuaba la maldición que sufre Palacio en su definición. Pero el delantero rompió el maleficio y minutos después se metió en diagonal al área y sacó un zurdazo que se clavó en el ángulo. Tranquilidad para Boca, y más aun cuando después de un centro de Dátolo – una de las figuras xeneizes - desde la izquierda Palermo volvió a cabecear en el área y marcó el 2 a 0 parcial. Así se terminaba el primer tiempo.
En el vestuario, Carlos Ischia le pidió a sus dirigidos máxima concentración para mantener el resultado. Como era de esperarse el Cruzeiro salió a descontar inmediatamente y lo consiguió con un tijeretazo de Wagner a las 11. Luego del gol, Boca empezó a replegarse y los brasileros se mandaban al ataque, pero aquí fue donde la defensa del xeneize apareció. Con excepción de Maidana que estuvo por momentos desacertado, Cáceres, Morel Rodríguez y el pibe Monzón que jugó su mejor partido en la primera de Boca, estuvieron muy firmes y taparon todos los ataques del rival.
En cuanto a situaciones claras, Cruzeiro tuvo un mano a mano que tapó Caranta y un remate de Wagner; Boca llevó peligro con un tiro de Riquelme y una contra que terminaron mal.
El silbato de Chandía le puso punto final al partido, triunfo Boca por 2 a 1. El nuevo rival será el ya conocido Altas, primero en la Argentina – Boca está buscando cancha para hacer de local ya que su estadio está suspendido por 30 días – y después en el Jalisco.
El equipo xeneize volvió a aparecer cuando muchos lo daban por muerto, casi una constante, como ganar en Brasil. Los jugadores íconos son los mismos, pero los nuevos se adaptan perfecto a la mística, entienden el mensaje y en el campo de juego se nota la diferencia. Porque con Boca parece que es así, ser toro en su rodeo y torazo en rodeo ajeno.
El partido empezaba complicado para Boca, ya que el equipo brasilero estaba dispuesto a concretar desde el arranque el gol que le de la clasificación. La visita aguantaba atrás mientras que el Cruzeiro se adueñaba del balón y atacaba por las bandas derecha e izquierda. El error de los locales era que todas sus jugadas terminaban en centros que descolgaba Caranta o que rechazaba algún jugador xeneize o que desperdiciaban sus delanteros. El que más cerca estuvo de marcar fue el boliviano Marcelo Moreno, pero sus remates se iban cerca de los postes.
Cuando mediaba la primera parte, Riquelme le colocó una pelota en profundidad a Palacio y lo dejo mano a mano con el arquero Fabio, sin embargo el bahiense definió mal, el partido seguía empatado y parecía que continuaba la maldición que sufre Palacio en su definición. Pero el delantero rompió el maleficio y minutos después se metió en diagonal al área y sacó un zurdazo que se clavó en el ángulo. Tranquilidad para Boca, y más aun cuando después de un centro de Dátolo – una de las figuras xeneizes - desde la izquierda Palermo volvió a cabecear en el área y marcó el 2 a 0 parcial. Así se terminaba el primer tiempo.
En el vestuario, Carlos Ischia le pidió a sus dirigidos máxima concentración para mantener el resultado. Como era de esperarse el Cruzeiro salió a descontar inmediatamente y lo consiguió con un tijeretazo de Wagner a las 11. Luego del gol, Boca empezó a replegarse y los brasileros se mandaban al ataque, pero aquí fue donde la defensa del xeneize apareció. Con excepción de Maidana que estuvo por momentos desacertado, Cáceres, Morel Rodríguez y el pibe Monzón que jugó su mejor partido en la primera de Boca, estuvieron muy firmes y taparon todos los ataques del rival.
En cuanto a situaciones claras, Cruzeiro tuvo un mano a mano que tapó Caranta y un remate de Wagner; Boca llevó peligro con un tiro de Riquelme y una contra que terminaron mal.
El silbato de Chandía le puso punto final al partido, triunfo Boca por 2 a 1. El nuevo rival será el ya conocido Altas, primero en la Argentina – Boca está buscando cancha para hacer de local ya que su estadio está suspendido por 30 días – y después en el Jalisco.
El equipo xeneize volvió a aparecer cuando muchos lo daban por muerto, casi una constante, como ganar en Brasil. Los jugadores íconos son los mismos, pero los nuevos se adaptan perfecto a la mística, entienden el mensaje y en el campo de juego se nota la diferencia. Porque con Boca parece que es así, ser toro en su rodeo y torazo en rodeo ajeno.
Fotos: Diario Ole y Diario La Nación
EL VIDEO CON LOS GOLES
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