A lo largo de todo el partido San Martín desaprovechó numerosas oportunidades y Boca lo liquido con dos goles de Martín Palermo, que quedó solo a uno del record de Pancho Varallo.
El partido recién comenzaba y a los 4 minutos Palacio madrugó a Frontini que confió en el pique de la pelota, y el bahiense con su cabeza habilitó a Palermo que con un derechazo decretó el 1 a 0.
Luego de la apertura del marcador, el conjunto local se adelantó en el campo de juego y comenzaron a llegar las situaciones, el primero fue un tiro de Félix Décima desde afuera del área que se estrelló en el travesaño, el rebote dio en la humanidad de Caranta y el balón salió al corner. Un cabezazo de Tonelotto tras un corner y un tiro libre de Pedro Galván en el que el uno xeneize voló para la foto fueron otras de las situaciones de riesgo que llevó el bodeguero hacia el arco rival. Sin embargo, a pesar de la superioridad del verdiblanco, Boca tuvo dos mano a mano para estirar la diferencia, pero Ezequiel Medrán lo impidió, primero a Palermo y luego a Palacio.El partido recién comenzaba y a los 4 minutos Palacio madrugó a Frontini que confió en el pique de la pelota, y el bahiense con su cabeza habilitó a Palermo que con un derechazo decretó el 1 a 0.
En el segundo tiempo, el sanjuanino mereció empatar el partido e incluso ponerse arriba en el marcador. Los habilidosos Recalde y Galván tomaron las riendas del encuentro, ayudados por Décima y Pacheco, mientras que Boca solo atinaba a ver el balón y a observar que tiene a un arquerazo que se transformó en figura. Un cabezazo de Recalde, un mano a mano de Tonelotto, desbordes de Nico Herrera, remates de Décima de larga distancia, todo absolutamente todo lo que le tiraron tapó el golero xeneize.
Pero como dice el dicho: “los goles que no se hacen en un arco, después se sufren en el otro”, y así fue como luego de la expulsión de Alejandro Gómez a los 23 minutos del segundo tiempo, el equipo de Carlos Ischia se adueñó completamente del partido y comenzó a crear diversas situaciones de gol. Battaglia desde lejos, dos oportunidades claras de Palermo, una de ellas en la línea, más una atajada de Medrán a Riquelme exponían que Boca era más pero que no podía liquidar el pleito. Aquí fue cuando apareció el “optimista del gol” como lo describió un día Carlos Bianchi, Palermo tras recibir un pase de una jugada que armaron entre Vargas y Morel Rodríguez lo fusiló a Medrán, sentenció el marcador y comenzó a pensar que el próximo domingo puede transformarse en el máximo artillero de la historia del Club Atlético Boca Juniors. El partido se diluyó y Boca se retiró del Hilario Sánchez Rodríguez tranquilo porque es escolta y derrotó a un rival que había triunfado en sus anteriores presentaciones. Por su parte, San Martín perdió un partido de los previsibles, pero demostró que su juego está al nivel de los grandes equipos argentinos y si mantiene este nivel será muy difícil que pierda la categoría, eso sí, no tiene que pecar de santo.
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