sábado, 5 de abril de 2008

VOLVIÓ EL 1 A 1

Por Priscila Franzetti
Pero esta vez no trae productos importados, sino que fuga puntos de la Bombonera. El equipo de Ischia volvió a empatar 1 a 1 contra un equipo que le supo robar la bocha al menos unos cuantos minutos para complicarle la existencia a la defensa xeneize más rotativa de las últimas temporadas.
En el primer tiempo, el arranque fue lógicamente para un Boca en las planillas ultraofensivo, pero que en la cancha pasó de exhibir las constantes subidas de Alvaro González por derecha para acoplarse a Chávez y los centros o pases en cortada de éstos para Palermo y Boselli a sufrir a partir de los 10 minutos las crecientes mandadas de Luciano Civelli, la cintura y el manejo del más enganche Jairo Patiño y los buenos movimientos hacia atrás de Cvitanich, en teoría el único punta banfileño. Y justamente de una salida y desborde de Darío a las anchas espaldas de Alvarito, Civelli pegó un zurdazo frío y certero al palo izquierdo de Caranta. El ex compañero de Palacio fue un dolor de cabeza constante para Vargas y un Cáceres cada vez más inseguro con la pelota, y con poca actitud de patrón del fondo. A los 17´ comenzaba otro partido para Boca: reactivar el ataque con Neri y Boselli por izquierda y Chávez, Alvarito y el Loco por derecha y tratar de quebrar el frontón que significaban los 4 estandartes del fondo verdiblanco. Banfield supo plantar dos líneas de 4 al borde del área de Lucchetti y desplegar al ligerito Broggi- quien al intentar contener a González y Chávez se cargó una amarilla a los 22´-, por izquierda y aprovechar el aguante de Galarza y sus buenos pases desde la salida a Villarreal por derecha. Así, pese a que Boca estuvo cerca de empatarlo o darlo vuelta con dos chances claritas de Boselli, una tras una jugada de Pochi Chávez en combinación con Neri y otra luego de que Palermo se la bajara de cabeza; y que Banfield apretaba el acelerador y consiguió algunos tiros libres para Patiño, metía todo el vértigo y el encare que Civelli podía dar y un solitario Cvitanch en constante desmarque, la primera parte cerró sin grandes sobresaltos.
Para el complemento, y como lo había prometido en la semana, Ischia mandó de arranque a Battaglia por Vargas, quien nunca pudo hacer pie en la soledad en que lo dejaban Neri y Pochi en el primer tiempo - menos mal que Banfield nunca se enteró de eso y se apegó al plan de esperar y contraatacar -. También mandó a Gracián, quien esperó esta vez sí en franco ascenso y afianzamiento en Boca, manejó los hilos del ataque y participó en la mayor parte de los ataques peligrosos xeneizes.
Y transcurridos 13´del complemento dio fruto uno de los mil desbordes de Alvaro – ya enclavado como ocho - al rudo Broggi, y EL Hombre del ataque xeneize conecta el centro pasadito al segundo palo y la bocha termina de descender en globo al ladito del palo izquierdo del Laucha. Otra obra de arte de cabeza, casi sin saltar y desde atrás de su marca personal llamada Marcos Galarza. En lo que restó al segundo tiempo, Boca se dedicó a atacar gracias a toda la recuperación y el orden que el Seba sabe brindar, el tándem Álvaro - Chávez para asistir al tan movedizo como errático Boselli y los desbordes peligrosos de Neri, hasta el minuto 32 en que fuera remplazado por Dátolo. Fue Jesús, a nuestro parecer, quien cerca del final marró una chance clarísima de zurda y frente al arco para el 2-1.
Pese al panorama desfavorable para el equipo del Sur, aguantaron con altura los embates del rival, no resignaron ningún contragolpe y apostaron a intentar complicar más a una coyuntal defensa de tres que ya sufriendo con Civelli, debió afrontar las pisaditas, las guapeadas más que interesantes e inteligentes de Maxi Laso desde los 19´. El juvenil, quien ingresó por un neutro Fabián Santana, aportó movilidad y algún que otro remate con comba, no lo suficientemente esquinado como para preocupar mucho a Caranta. Finalmente algo tarde en mi humilde opinión, a los 35´ Jerez metió a Pavlovich por Villita. El volante, jugador local entre 2001 y 2004, fue aplaudido por todo el estadio al salir.
Con diferentes estrategias, ambos quisieron llevarse el triunfo. Merodearon las áreas, mucho más el local, el empate fue el resultado más lógico. Y de todas maneras iba a darse, pensando en los penales que Laverni – tal vez si es corto de vista debería dirigir desde más cerca -, Retta y Aumente no dieron entre los 17 y los 18 minutos a Boca sobre Bosselli y a Banfield sobre Cvitanich y en los goles que erra Boca. Creo que el sábado quedó claro que ese déficit no es propiedad de Palacio.
1 a 1 los goles, 1 a 1 los penales - no cobrados -, Boca se aleja de la punta mientras los acaudalados primos se sonríen.
Fotos: Diario Ole





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