Por Priscila Franzetti
Una de cal y otra de arena, para que se entienda en criollo. La frase popular me sirve para hacer ver que si bien Lanus y Estudiantes volvieron a empatar entre sí en la copa, esta vez nos divirtieron, tensaron y brindaron goles y emociones a diestra y siniestra. Metafórica y literalmente, porque el partido se abrió para el Grana gracias a que un eclipsado Lunati no vio el doble acomodo con los brazos de Pepe Sand, quien a los 10´ factura gol tras una linda jugada asociada de Valeri y Acosta. Cinco minutos más tarde, el mismo Valeri definiría con la clase acostumbrada un pase de Lautarito, y Lanús deliraba por tener ya un pie y medio en Octavos, en 15 minutos y frente a un rival de su altura, shockeado por el resultado adverso tan tempranero. El 9 local desperdició un par de chances antes de que en tres minutos el León despertara y con sus capacidades más valiosas lo empardara: garra, ataque por ataque, y el despabilar de Benítez. A los 21´ teledirige un córner a la cabeza del Chavo Desábato y a los 24´ un tiro libre al ángulo derecho de Bossio. Suficiente para 25 minutos y para mi mano derecha, el primer tiempo fue un Lanús propone y Estudiantes responde, tendencia asentada en el segundo tiempo por -otra- expulsión insólita de Lunati a los 44´ del PT de Alayes, quien apenas roza a Diego Váleri. Pero bueno, una de cal y una de arena, después echará bien a Hoyos por la chiquilinada de responder a una provocación de Maggiolo.
Sin Piatti, lesionado en el primer tiempo, Lázzaro y Angeleri, ídem transcurridos 20 del ST, la Acadé platense se acurrucó con tres en el fondo, cuatro bien pegaditos a ellos y férreos en el medio, como una defensa bis, para salir bien rápido de contra y tratar de encontrar distraída y abierta a la dupla central Grana - Quintana y Hoyos -. Galván, Salgueiro, Lechuga, Moreno y Fabianesi y Maggiolo, el único punta, fueron puro sacrificio y atención para aprovechar lo que llegara desde el fondo y las distracciones del pibito Arce. ¿El mediocampo? No existió prácticamente para ningún equipo. Hasta que por fin se les dio: tras una aviso a los 11, minuto en que Pelletieri le sacó justo a Salgueiro la bocha de remate casi en la puerta del área; a los 16´ Moreno y Fabianesi remata seco antes del ¿? de Bossio, una jugada calco de aquélla en concepto: Lanús la pierde en su ataque por izquierda, la derecha de la defensa despeja largo y, del medio hacia la derecha, hasta el centro del área, Moreno y Fabianesi, Benítez, caño de Salgueiro y vuelve a cobrar Iván. 3 a 2, me clasifico yo, decía Estuidantes.
Pero Blanco, Acosta, Valeri, Sand siguieron yendo y yendo igual, no se daban ni nos daban respiro. Tiraban a matar, pero al alambrado, todos los que vieran un huequito para mandarse al ataque. Hasta Pelletieri intentó rematar desde afuera. Empardados en La Plata, equilibrados en situaciones, igualados en emoción y ganas de ganar, parecía que sólo faltaba tablas en jugadores y resultado. Pues de esto mismo se concientizó el árbitro, y , a los 40 se va del reparto con justicia ¨Chambón¨ Hoyos; y a los 44 con un microscopio en los ojos cobra la falta abajo de Andújar sobre una veloz y peligrosísima entrada del Laucha Acosta por derecha. Pero ¡ay! una de su cal y otra de su apellido, José, Pepe, ¡Pepito! Patea débil al medio hasta en el rebote, y convierte al arquero pincharrata definitivamente en la figura de una nueva partida de colección de oro para la Copa Libertadores de América y sus seguidores.
Argentina no puede decir que ya tiene uno de sus mejores equipos de la temporada en octavos. Pero, si el 15 de Abril ambos juegan su último partido así, podremos decir que tenemos a dos. Una de cal y otra de arena.
miércoles, 2 de abril de 2008
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